Experiencias interactivas, programas de estudio itinerantes en siete ciudades y un enfoque de aula invertida. Estos son algunos de los conceptos innovadores en la educación que han permitido a Minerva University alcanzar, durante tres años seguidos, el primer puesto en el ranking de The World University Rankings for Innovation, una clasificación que mide las aportaciones de las universidades a la sociedad y a la industria, explicó en una reciente entrevista, Fernando Boudourian.
“Buscamos a los estudiantes más talentosos en todas partes del mundo», comentó Michael Magee, presidente de Minerva University, durante su estancia en Argentina. Además, en una conversación con LA NACION, aclaró: “Vine para pasar tiempo con los estudiantes y el equipo. También quiero dialogar con organizaciones, patrocinadores y posibles socios que compartan nuestros intereses.”

Con sede en San Francisco, Estados Unidos, Minerva University fue establecida en 2012 por el emprendedor Ben Nelson. Su modelo educativo propone un programa de estudios en el que los estudiantes deben cursar en diferentes ciudades -incluida Buenos Aires- cada semestre a lo largo de cuatro años.
A su vez, se fundamenta en un método de aula invertida, donde el profesor actúa como facilitador: promueve el debate y las discusiones sobre el material que los estudiantes han tenido que estudiar de forma anticipada y no los evalúa mediante exámenes, sino por su implicación en las clases. También incorpora experiencias interactivas, diseñadas para que los estudiantes desarrollen habilidades para enfrentar retos complejos y contribuir a organizaciones diversas, creando, para ello, colaboraciones con empresas locales e internacionales.
En la actualidad, Minerva University ofrece cinco carreras: Ciencias Sociales, Ciencias Naturales, Artes y Humanidades, Negocios y Ciencias de la Computación. Hay aproximadamente 600 estudiantes, provenientes de casi 100 naciones y representando a todos los continentes. Cada grupo tiene alrededor de 150 estudiantes en promedio.
La vida en la residencia es otra de las áreas que Minerva University ha innovado. En cada residencia, conviven alumnos de numerosos países, sin importar las diferencias culturales, étnicas y religiosas. Deben aprender a vivir juntos, y la mejor forma de lograrlo es aprender a comunicarse.
Por eso, se esfuerzan en promover la comprensión para que estas pequeñas comunidades globales sean armoniosas. Consideran que la vida en la residencia es una experiencia educativa en sí misma. Son una universidad muy selectiva, pero a diferencia de otras, no cuentan con un campus grande, lujoso y costoso. La razón es que enseñan a los estudiantes a ver la ciudad como su campus: todos los recursos necesarios para aprender cada materia están al alcance de mano con un poco de creatividad, y también establecen alianzas para asegurar ese acceso.
Como parte de la iniciativa, cada grupo hace un viaje a diferentes ciudades anualmente. Con base en estas vivencias y al finalizar sus estudios en la universidad, el objetivo es que los alumnos puedan contestar preguntas esenciales: ¿Qué tipo de persona deseo ser? ¿En qué lugar quiero residir? ¿Y cuál es mi propósito profesional?